Transiciones ║ Víctor Alejandro Espinoza

¿Cambio o continuidad?

Estados Unidos tiene un sistema presidencialista de gobierno en el que existen pesos y
contrapesos. Aún así, el presidente de la República cumple un papel fundamental en los
destinos del Estado. Desde la Convención Constitucional de 1787, los fundadores
decidieron que el presidencialismo sería la forma de gobierno que adoptarían, pese que
las 13 colonias originales procedían de un país con un régimen de monarquía
parlamentaria.

Escribo este artículo apenas iniciada la jornada electoral de este martes 3 de
noviembre. Los tiempos de entrega no me permiten contar con los primeros resultados
de las encuestas de salida que posibilitan tener una idea aproximada de los resultados de
la elección presidencial. Hay plena coincidencia entre los analistas de que estamos ante
una decisión trascendental de los ciudadanos norteamericanos pero que impactará
necesariamente al resto de los países, México en primer lugar.

Las encuestas levantadas en las últimas semanas coinciden en que el resultado
favorece al candidato demócrata Joe Biden, quien lleva en la fórmula a Kamala Harris,
sobre el presidente Donald Trump y Mike Pence. Los resultados se sitúan entre un 7 y
un 10% de ventaja. Pero se agrega que en un sistema electoral como el norteamericano
eso no es garantía de nada. Ya lo vivimos en el año 2000 cuando George Bush obtuvo
menos votos populares que Al Gore y ganó la elección o en 2016 cuando resultó elegido
Donald Trump con 3 millones de votos menos que Hillary Clinton.

Desde 1787 la Convención Constitucional determinó que el ganador de la
elección presidencial se definiría a través de un Colegio Electoral. Se trata de un sistema
de elección indirecto que el día de hoy luce como injusto. Uno de los principios
democráticos por excelencia es el de una persona un voto. Y con esa mínima diferencia
se puede definir una elección. No es el caso del sistema norteamericano. Desde su
fundación como República decidieron que fuera un Colegio Electoral formado por 538
personas quienes tuvieran en sus manos la decisión del triunfo de uno de los candidatos
presidenciales.

El número del Colegio Electoral se decidió de la siguiente fórmula: 435 tomados
a semejanza de la composición de la Cámara de Representantes (Cámara Baja o de
Diputados); 100 por el Senado y 3 por el Distrito de Columbia (538 en total). Cada uno
de los 50 estados, más el Distrito de Columbia, aportan un número determinado de
votos electorales según el tamaño de su población. El mayor es California con 55,
seguido por Texas con 38 y Florida y Nueva York con 29.

Lo injusto del sistema electoral es que quien obtiene mayoría de votos en un estado se lleva todos los votos
electorales de la entidad, así haya ganado con un voto de diferencias. Aún recibiendo
cientos de miles de votos, el segundo lugar se queda sin nada. Lo que desde mi punto de
vista genera una sobrerrepresentación. Las únicas excepciones son los estados de
Nebraska y Maine que tienen un sistema de asignación distrital.

Considero que el sistema indirecto es obsoleto y antidemocrático. Hay voces que
se alzan para que se transite a un sistema en el que gane quien obtenga más sufragios.
Es un proceso complicado a través de una enmienda constitucional aprobada por dos
tercios de ambas cámaras o una nueva convención constitucional convocada por dos
terceras partes de los estados. Según encuestas, el 61% de los estadounidenses se
inclinan por la desaparición del Colegio Electoral.

El problema es que el 89% de los demócratas apoyan el cambio y sólo el 23% de los republicanos.
Hay otras iniciativas de algunos estados donde proponen que los miembros del colegio electoral de esas
entidades respeten el voto popular. Se trataría de un pacto interestatal. Dicho pacto
entraría en vigor una vez que las entidades que estuvieran de acuerdo contaran con los
270 votos con los que se declara un ganador. Hasta el momento 16 estados que cuentan
con 196 votos están de acuerdo con el pacto.

( https://www.nytimes.com/es/2020/10/19/espanol/colegio-electoral-que-es.html )

El sistema electoral de Estados Unidos se encuentra a prueba de nuevo. Espero
que el triunfador lo haga con un margen de victoria holgado que permita disipar el
conflicto postelectoral que se vislumbra. El cambio es necesario.

Investigador de El Colegio de la Frontera Norte. Correo electrónico: [email protected]. Twitter:
@victorespinoza_ Profesor Visitante (Non Resident) en el Centro de Estudios México-Estados Unidos de
la Universidad de California San Diego.
Página WEB; www.colef.mx/victoralejandroespinoza/

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