Transiciones||Víctor Alejandro Espinoza

Cuanto lujo en la Casa Blanca

La democracia, como forma de gobierno, exige un sistema de partidos políticos estable, institucionalizado y que abarque el espectro de intereses de una sociedad. Los partidos políticos son fundamentales para un sistema de representación política plural. A través de ellos, se expresan los intereses de quienes detentan el gobierno y quienes buscan llegar a él a través de elecciones libres.

La oposición puede optar por obtener el poder a través de una propuesta política alternativa o utilizar los medios de comunicación tradicionales y redes sociales para desprestigiar a los gobiernos y crear la sensación de un caos mayúsculo sino se vota por ellos. La única alternativa es que los inconformes se inclinen por una oposición sin proyecto, sólo prometiendo que sabrán gobernar mejor.

Lamentablemente lo que estamos viviendo en México es esta última situación. Después de un largo periodo de gobiernos emanados del PRI y del PAN, triunfó de manera apabullante la propuesta de gobierno encabezada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2018. El panorama de la oposición quedó desolado. Sus partidos entraron en una profunda crisis. Así enfrentan el actual proceso electoral, el mayor de la historia, sin un proyecto alternativo de Nación. Es tan evidente que tratan de salvar lo que queda en algunos de ellos. La alianza entre el PRI/PAN y PRD, llamada a nivel nacional “Va por México”, partidos que nacieron enfrentados, hoy sin tapujos buscan lo mismo: ganar por ganar espacios. Por eso no importa que al menos formalmente no comulguen ideológicamente y quiénes sean sus candidatos. Se trata de ganarle a la alianza encabezada por MORENA. Añoran el tiempo pasado y apuestan a la desmemoria social.

Si se revisan los posicionamientos o declaraciones de algunos de sus voceros en los últimos días, el supuesto del que parto se comprueba fehacientemente: en México la oposición carece de un proyecto político alterno y solo reacciona a las acciones encabezadas por AMLO. Esta es una pésima noticia para nuestro país, pues lo que se genera es una polarización ideológica y política que no construye soluciones para los grandes problemas estructurales que padecemos.

Una de estos trascendidos es que existe la probabilidad de que “ante un escenario de pandemia” y si se empiezan a “difundir encuestas que no favorezcan a los candidatos de MORENA” se “empezará a discutir el interior del gobierno la cancelación de las elecciones por primera vez en la historia”. “Y ahí tenemos que preparar los escenarios”. Sin ningún fundamento la ex académica, María Amparo Casar, aventuró estas declaraciones provocadoras e irresponsables.
En el mismo tenor, la comentarista, Denise Dresser, escribe en la revista Foreign Affairs, “La visión nacionalista, cerrada y menos globalizada de México de López Obrador amenaza con descarrilar gran parte de lo que se ha logrado en las últimas dos décadas, y Washington debería estar prestando atención”. Un llamado a la administración de Joe Biden para intervenir en nuestro país, para salvar lo logrado “en las últimas dos décadas”.

Desde luego que la pandemia por COVID 19 les dio una magnífica oportunidad para cuestionar al gobierno de AMLO. Desde impulsar a una odontóloga para difundir un panfleto, convertir en experta a la senadora y ex presentadora de televisión, Lilly Téllez, hasta activar a ex secretarios de salud, algunos de ellos sin ninguna preparación epidemiológica, para sostener que la estrategia encabezada por el Dr. Hugo López- Gatell Ramírez, es criminal. Ante el anuncio de que el presidente se había contagiado y padecía COVID 19, de inmediato la estrategia fue sembrar la idea de que era falso y se trataba de victimizarse. Y ya hablar de la descalificación de la vacuna rusa, Sputnik V, lo dejamos para próximas reflexiones.

Pero también se inventó que pronto habría presidente sustituto porque AMLO estaba grave después de haber padecido un derrame cerebral. El presidente difundió un video para mostrar que se encontraba recuperándose. Ante la falta de argumentos y la contundencia del video, lo que siguió fue criticar a AMLO por vivir rodeado de lujos en el Palacio Nacional. Se indignaron porque “López”, no sólo vivía como rey, sino porque había sido atendido por un grupo de médicos especialistas y no “en la banqueta” como al “pueblo pobre”. Vaya, hasta criticaron que todavía exhibiera nochebuenas y que además no usara cubrebocas en el video. ¿Cómo consolidar nuestra democracia con esta oposición tan rudimentaria?

 

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