Tijuana, 25 de julio de 2022.- Toda situación de violencia dentro y fuera de las instituciones educativas debe visibilizarse para actuar de inmediato, aseveró la psicóloga Kenia Jocelyn Lugo Salazar al participar en el espacio de Vida Universitaria con estudiantes de las Licenciaturas en Administración y Contador Público de la Universidad de Tijuana CUT.
La psicóloga Kenia Lugo impartió el tema «Cero tolerancia de la violencia en el contexto educativo». Durante su exposición planteó una serie de medidas de prevención contra la violencia, que deben aplicar instituciones de educación media superior y superior, al realizar una detallada descripción de los tipos de violencia existentes y la forma de identificarlos en la vida diaria.
“Vamos a empezar a ponerle nombre a la violencia, eso es lo que buscamos con la cero tolerancia, aprender a identificar las violencias y a no permitir que se estén dando”, subrayó.
Lugo Salazar sostuvo que en la actualidad “ya todo es violencia” por lo que resulta complicado expresarnos sin violentar a alguien; ante tal situación, hizo un llamado para reflexionar sobre las veces en las que estamos violentando, lo que puede llegar a realizarse sin intención o por desconocimiento. Sin embargo, en otras ocasiones, se hace con el propósito de herir o lastimar “porque vivimos en un contexto que ha normalizado mucho esta condición de violencia”.
La violencia es una conducta aprendida desde la construcción social, es decir, el ser humano no nace sabiendo violentar a otras personas, “no viene en nuestros genes”; el enojo, en cambio, es una forma natural e innata que difiere totalmente de la violencia. De ahí, la necesidad de que en algún momento dado todos, sin excepción, nos reconozcamos como agresores o agresoras o, incluso, como víctimas.
Existe la violencia explícita e implícita; la primera es visual, es una violencia que permite observar el daño que provocan los golpes, aunque hay algunos que no se perciben, pero por lo general una violencia ligada al contacto físico es muy visible, pero también es fácil identificar la violencia verbal que ejerce un agresor por su lenguaje corporal.
La violencia implícita, por el contrario, no es visible, se trata más de una conducta en la que predomina el poder y se impone una voluntad, incluso, hasta se pueden llegar a tener acuerdo, aunque no se haya dado un diálogo de por medio, simplemente se ejerce ese poder sobre otra persona que por lo general es insegura, con baja autoestima o con necesidad de aceptación.
En todos los contextos de la vida social se presenta la violencia en menor o mayor escala como en el hogar, en la familia, entre parejas o en las relaciones de noviazgo. Esto se presenta en casa porque “existe un acuerdo legal” que erróneamente lleva implícito que así suceda, pero “el matrimonio no significa que se dé el permiso a violentar a nadie”.
También ocurre en el ámbito laboral donde hay personas desmeritadas porque no se les cree con la capacidad de alcanzar sus logros; sucede en las escuelas por la jerarquía establecida, lo que también puede llegar a influir, incluso, en las relaciones amistosas. En las instituciones suele presentarse por condiciones de discriminación y, una más que va tomando mayor presencia, es la cibernética que, a pesar de los avances alcanzados en el orden social, las implicaciones del Internet y las redes sociales han provocado que la violencia escale no sólo humillando o lastimando a otras personas, sino incluso compartiendo información privada.
De igual manera, la psicóloga Kenia Lugo explicó que además de la violencia física, psicológica y cibernética, también existe la sexual, la económica, la obstétrica, la simbólica, la interpersonal y la social. En todos estos casos, el común denominador de la agresividad responde a un patrón de aprendizaje “porque así lo viví o así son las cosas, pero no porque siempre ha sido así, significa que no lo podamos cambiar”.
La responsabilidad que tienen las instituciones educativas para atender las necesidades de los alumnos que enfrentan algún tipo de violencia es la formación de comités de prevención, o bien, que las coordinaciones de carrera o directivos brinden los espacios que generen confianza para denunciar estos actos, así como establecer ciertas estrategias para prevenir, atender y sancionar las diferentes formas de violencia. Además, Kenia Lugo recordó que existen leyes que tipifican este delito tanto en Baja California como en todo el país.
La participación por parte de los asistentes predominó ante la explicación del tema, se aportaron ideas y resolvieron dudas. Se expuso la forma en que se debe de actuar ante esta situación que se puede presentar y no ser parte de ella como promotor, o de ignorar acciones que no parecen perturbadoras pero que sí lo son y que nos convierten en agresores o agredidos.
Kenia Lugo Salazar ejerce como psicóloga clínica especializada en adolescentes y brinda consulta en el Hospital de la Salud Mental de Tijuana; ha realizado publicaciones académicas en el área clínica de psicología con líneas de investigación en trastorno de conducta alimentaria, imagen corporal y uso de redes sociales.
La coordinación Académica de las Licenciaturas en Administración y Contador Público, a cargo de la maestra Beatriz Elena Madrid Ortiz, en colaboración con su colegiado de docentes, organizó esta charla para su comunidad estudiantil con el objetivo de promover relaciones armónicas y espacios seguros y libres de violencias, en correspondencia con los principios institucionales de la Universidad de Tijuana como son el respeto a la igualdad y diversidad, así como la no discriminación. Al finalizar la charla, se agradeció la participación de la psicóloga Kenia Jocelyn Lugo Salazar con la entrega de un reconocimiento.