COVID-19: La gobernanza transfronteriza y la incertidumbre global
Por Dr. José María Ramos El Colegio de la Frontera Norte.
El actual contexto global está generando una serie de fenómenos sociales y políticos que trascienden las fronteras. El dilema parece ser el control de los diversos flujos migratorios (turismo, negocios y -en general- toda movilidad humana) o, al menos, su regulación para que no que generen mayores impactos negativos sobre las poblaciones locales, las finanzas, la competitividad y el empleo. El problema es que en varias de esas fronteras hay flujos laborales, los cuales, para la frontera MexUS se estiman en cerca de un 20 % de la población fronteriza, y que habitualmente cruzan a laborar hacia Estados Unidos. Adicionalmente, deben de considerarse el resto de los flujos comerciales, turísticos y financieros en una de las fronteras más dinámicas a nivel mundial.
La realidad es que a nivel global se ha agudizado la incertidumbre. Por lo cual, varios países han cerrado sus fronteras en Europa, Américas Latina y algunos países de Centroamérica. Dejando de lado opciones de cooperación solidaria transfronteriza y sin reconocer la intensidad e impacto de los flujos transfronterizos.
Bajo este contexto, un grupo de especialistas iberoamericanos analizaremos en próximos días el aporte de la gobernanza transfronteriza como posible alternativa eficaz de regulación del sistema de flujos globales y con ello evitar mayores impactos negativos.
Asimismo, se pretende rescatar qué aprendizajes se pueden obtener de las regiones fronterizas de América Latina, desde México-Estados Unidos, Europa y hasta el MERCOSUR, en la implementación de planes de contingencia que no permitan el cierre de fronteras y que fortalezcan el diálogo regional y multilateral mediante una eficaz gobernanza y planificación estratégica para fortalecer la salud pública, la calidad de vida y mantener la competitividad.
Los logros de China en controlar el Covid 19 en un plazo corto, reflejan una de las mejores experiencias de gobernanza estratégica para reducir con políticas preventivas el problema. El modelo chino de intervención fue integral: liderazgo, coordinación, planeación, control, evaluación y monitoreo y con base de una gestión con base de resultados. Ese tipo de experiencias deben ser parte del aprendizaje gubernamental para los países que no valoraron en su momento la gravedad del problema. En el caso de la frontera MexUS no existe aún con claridad cuáles serán las opciones: mayor control a los cruces o mantener la experiencia de la frontera del Siglo XXI: control de riesgos que no limiten la intensidad de los flujos fronterizos, considerando sus enormes beneficios laborales, económicos y comerciales.
La incertidumbre global y nacional se reduce con acciones eficaces y responsables de los Estados, evitando la superficialidad.