¡Mamá no quiere hacer mi tarea! O los dineros píos del presidente…
LA NOCHE DE LOS NAHUALES
El trajín dominical fue especial. De un lugar a otro, un precio u otro. Se busca, se indaga, se parte y comparte. La información es visible. Todos buscan, se preparan, se estresan, investigan, se adelantan.
Inicia formalmente el ciclo escolar 2020-2.
La SEP lo anuncia con bombo y platillos. Somos un país, asegura, que le apuesta a la educación: “México regresa a clases mientras otros países cancelaron el ciclo escolar”, vocifera Moctezuma.
El gobierno apuesta por la televisión como mediadora.
Lo cierto es que cada docente hará la parte que le corresponde y un poco más. Algunos me consultan sobre cómo usar una plataforma u otra. Apenas he podido domar a una de ellas. Tan diversas y complejas, unas. Fáciles, volubles, endebles y vulnerables, otras. Se aprende en el camino, les aseguro.
Ensayo y error: así avanza la ciencia.
Pude observar cómo es que algunos padres de familia preguntaban por el escritorio para el vástago, la computadora personal, la impresora, la silla giratoria, la renta del servicio de Internet, el uso de las redes sociales y sobre las plataformas que usará cada profesor que impartirá los contenidos escolares a través de videoconferencias.
El esfuerzo que ha realizado cada docente para atender a sus alumnos y generar en ellos aprendizajes pertinentes y significativos en el ciclo anterior pasa inadvertido por las autoridades educativas. Para educar está la televisión. Pero según Karl Popper, es mala maestra.
Puedo asegurar que el docente le entra con creatividad, denuedo y esfuerzo al reto que supone la educación a distancia. Se prepara, investiga, practica, engalana el fondo o la pared del cuarto que le sirve de cabina de transmisión y difusión, y cubre los servicios que posibilitan el estar en comunicación con sus pupilos.
Lo anterior no cuenta para las autoridades educativas.
Para el gobierno, la TV es la solución mágica para contrarrestar el rezago educativo y echa por la borda la experiencia adquirida por los docentes en los meses de confinamiento. Antes, la televisión designaba a los gobernantes; hoy, con tiza y pizarra dictaminará los aprendizajes esperados en 30 millones de estudiantes.
Maestros adelantan el trabajo. Una semana antes habrían enviado los ejercicios para el arranque del curso, para que los papás estén enterados y tengan a la mano el material que ocuparán durante las sesiones. Así no estarán desprevenidos. También se cooperaron, padres y docentes, para adquirir licencias de una plataforma, misma que usaran por turnos, grupo por grupo.
Antes de adquirir las licencias de la plataforma se capacitaron por su cuenta. No hay reunión de CTE, ni acceso a equipo de cómputo otorgado por su empleador, ni sindicato que reclame las herramientas mínimas necesarias para la realización del trabajo en línea. Ahí está la TV que todo lo redime, lo comprime y regurgita en el educando.
En cambio, le apuesto a la labor, iniciativa, esfuerzo y dedicación denodada del docente que supo adaptarse a las necesidades tecnológicas, con recursos o sin ellos. Ahí está el educador presto, ligero, impetuoso y febril para enfrentar el ciclo escolar 2020-2.
Desde esta trinchera solicito que la apertura del ciclo escolar se realice con la solemnidad que requiere el momento, al menos, en Colegio de Bachilleres de Baja California. Bastará una inversión nimia, mínima, exigua, inofensiva a las arcas institucionales.
Padres de familia y alumnos deben estar conscientes de que el semestre se realizará a distancia, en línea y a través de videoconferencias. Existirá un porcentaje que no podrá responder a las exigencias académicas a través de estos medios, es cierto. Pero ya los maestros se han puesto a cavilar para su atención, de tal forma que adquieran los saberes esperados.
Aprovecho el espacio para indicar que existen plataformas y aulas virtuales que permiten el fortalecimiento académico como Meet, que es gratuito; Zoom, con algunas vicisitudes, Microsoft Teams y Cisco, entre otras. Para el que ama el trabajo de enseñanza realizado en el aula y lo disfruta no existe parangón entre el reto y la creatividad innata del docente.
Ya sea usando una red social o una plataforma institucional el profesor llevará a cabo su labor profética a pesar de la potestad en decadencia de la TV y los millones de pesos que invertirá el gobierno en cada minuto de programación de las clases televisadas.
Exhorto a los padres de familia a que realicen un esfuerzo más, por el bien de sus hijos. Basta con que estén atentos, vigilantes, alertas, avizorando y observando el desempeño de sus vástagos.
Les pido por favor que no les hagan las tareas ni les resuelvan los exámenes a sus hijos, ni piensen que realizan el trabajo docente. El profesor sabrá guiar el aprendizaje, conducirá el saber. Es necesario que el alumno tenga disciplina, que siga las instrucciones y cumpla con los requisitos. Este es el contexto que nos corresponde vivir y debemos responder a sus demandas, a los retos. Los pretextos y renuentes abundan. Allanemos el camino hacia el conocimiento.
Los dineros píos.
¿Por qué ahora? ¿Por qué no lanzaron durante la apabullante campaña de López Obrador la pelotita caliente de los dineros en las manos de su hermano Pío? ¿Por qué David León tuvo la pericia y delicadeza de guardar un salvoconducto en la 4T? ¿Quién filtró el archivo? ¿Cuánto daño causará a la imagen pública y la aceptación del Presidente?
Fueron millones los que realizaron sus aportaciones a la cuenta de Honestidad Valiente A.C. ¿Por qué la oposición, cuando detentó el poder no realizó la investigación exhaustiva del contrincante mejor posicionado? ¿Por qué no ejecutaron un video escándalo más y descarrilar por segunda ocasión al ahora Presidente de la República?
La oposición se regodea por los dineros en manos de Pío y exige dimisión, investigación y castigo. ¿Aplica la misma fórmula para aquellos a los que el tufo de la corrupción los identifica?
Los dineros píos del Presidente, sería un buen título para una novela realista, pero estoy seguro que AMLO sabrá responder por sus propias acciones. Sería sano que no interviniera, de existir, una investigación en curso por estas acciones que involucra, una vez más, dinero.
Por
Benjamín M. Ramírez