LA NOCHE DE LOS NAHUALES ║ Benjamín Martínez Ramírez

MAJADERO Y MENTIROSO O SE ACABÓ EL EMBRUJO…

 

Insulso y nimio fueron los primeros minutos de un partido que amenazaba con un final esperado.  La maldición por décadas, casi ancestral de los azules, acechaba —lúgubre— sobre la espalda del equipo de La Noria,  con un manto de color celeste.  Acostumbrados a bogar en el infortunio y la desesperanza nada parecía ser más ansiado en el ánimo del respetable que el connotado triunfo.

 

Ganamos. Se logró una hazaña después de 23 años de sequía, sin conocer la miel del triunfo y la expresión errática de una afición eufórica que lo da todo, incluso hasta el último minuto, con la última gota de sudor. El aficionado a nada le teme, no le asusta la derrota, convive con ella en su continuo devenir, por ello es que la victoria sabe a gloria.

 

Felicidades azules. “Se acabó el embrujo”, así lo expresó el Presidente de la República.

 

Felicidades a mis amigos y fieles hinchas de la Máquina Celeste: a Luis Moreno Hernández, Charly Solís, Robe Rcc, Francisco Saldaña del Toro, Rubén Torres, Rubén Darío Núñez, Tere Cruz, Juan Carballo, Adriana Martínez, y a todos los que vibraron, que se emocionaron y esperaron pacientemente el infame sambenito de la “cruzazuleada”.

 

Estamos curtidos en el crisol de la derrota, pero ya somos campeones.

 

En otros asuntos más importantes, en esta semana, se realizarán los cierres de campaña: unos con más asistencia que otros. Algunos manipularán las imágenes para aglutinar a más concurrentes, otros más rebasarán, en sus eventos, el cupo máximo permitido por las autoridades sanitarias ante la incidencia a la alza del COVID-19; alguien más verá, desde la víspera, que los números no le favorecen. Llegarán las declinaciones a favor de uno y en contra de otros, se expresarán las descalificaciones, las denuncias guardadas para ser exhibidas de último momento, cuando ya no se puede rebatir los infundios para dar paso al descrédito.

 

Lo cierto es que algunas figuras están llamando con desesperación a votar en contra de MORENA, y por ende, en contra del Presidente en turno. Lo hace Felipe Calderón, lo mismo que Claudio X. González y Diego Fernández de Cevallos, en la necedad y ceguera del triunvirato azul y del emporio económico para evitar lo inaplazable. A todas luces quieren espantar a los buenos ciudadanos con el petate del muerto o la soga del ahorcado.

 

Faltan pocas horas para que llegue la veda electoral y se realicen los ajustes necesarios y el aceitado de las maquinarias de cada instituto político para revivir ancestrales prácticas antidemocráticas: unos repartirán insumos, despensas, dinero, promesas, descalificaciones, miedo y desconfianza; otros, desesperados por la derrota inminente, —ya por el peso desequilibrante de los dispendios en efectivo, monederos electrónicos o enseres doméstico o agrícolas,  repartidos minutos antes de la apertura de las casillas electorales—, tratarán de allegarse votos y asegurar, con todo tipo de artimañas, el triunfo del próximo 6 de junio.

 

Por lo pronto, en este tramo de la contienda electoral, la revista británica The Economist ha cumplido con la parte propagandística e intervencionista que subyace en el fondo de la publicación en comento, en su intento banal al apostar por la descalificación al Presidente Andrés Manuel López Obrador, al llamarlo “El falso Mesías”, antes había calificado al ex presidente Enrique Peña Nieto como el salvador de México.

 

Ante esta embestida injerencista e intromisión de un medio de comunicación de la talla del The Economist, el rechazo al contenido lapidario por parte del presidente surgió de manera contundente al afirmar que la transformación de México es imparable aunque no le guste al medio de comunicación inglés. Andrés Manuel López Obrador se refirió al The Economist como majadero y mentiroso.

 

Lo que queda claro es que quien sugirió, ordenó o compró el espacio en el The Economist no pudo esperar o prever la reacción de los simpatizantes del Mesías quienes contraatacaron con una ofensiva mediática a través de memes en las redes sociales, poniendo en entre dicho la objetividad del medio de información y apuntalar, de forma fortuita, la sagacidad de los seguidores de AMLO que ya le apuestan por lograr la aplanadora en los comicios del domingo 6 de junio.

 

Concluyo, afirmando que las estadísticas sólo expresan los deseos de quienes pagan estos servicios. Si le apostamos a la democracia muchos se quedarán sin hueso que roer.

 

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